
La función del criminólogo en el acompañamiento a víctimas y familias durante el proceso penal
Descubre cómo su intervención puede cambiar la experiencia de víctimas y familias, aportando análisis, orientación y rigor técnico en cada fase del caso.


La función del criminólogo en el acompañamiento a víctimas y familias durante el proceso penal
En el marco del proceso penal, la atención a las víctimas ha cobrado cada vez más relevancia, no solo desde una perspectiva jurídica, sino también desde una mirada interdisciplinar que incluye el trabajo técnico de profesionales como el criminólogo. Sin embargo, su papel sigue siendo poco conocido y, en muchos casos, subestimado.
En CriminaLaw, defendemos una justicia con conciencia, y eso implica colocar a la víctima en el centro del proceso. Por eso, en este artículo explicamos en qué consiste la intervención criminológica en el acompañamiento a víctimas y sus familias, cuál es su impacto real y por qué debería estar integrada en cualquier estrategia legal seria.
¿Por qué es necesario un acompañamiento especializado a la víctima?
El proceso penal, por su naturaleza, puede resultar intimidante y confuso para quien lo vive desde el dolor, el miedo o la incertidumbre. Muchas víctimas llegan al juzgado con escasa información, expectativas irreales o sin haber comprendido del todo qué ocurrirá con su caso.
Aquí entra en juego la figura del criminólogo forense, que actúa como profesional técnico de apoyo y análisis, con una función complementaria a la del abogado, el psicólogo o el trabajador social.
Las víctimas no solo necesitan justicia legal: también requieren comprensión del proceso, seguridad emocional, asesoramiento técnico y una explicación clara sobre sus derechos, los tiempos del sistema judicial y las implicaciones reales del procedimiento.
Funciones clave del criminólogo en el acompañamiento a víctimas
A lo largo del proceso penal, el criminólogo puede cumplir un rol estratégico y humanizador que articula cuatro áreas principales:
1. Análisis técnico del hecho y su impacto
El criminólogo realiza un estudio riguroso del hecho delictivo desde una perspectiva conductual, ambiental y victimológica. Esto permite:
Comprender el perfil del agresor y su dinámica con la víctima.
Identificar el nivel de riesgo para posibles nuevas agresiones.
Evaluar el impacto emocional y social de la victimización.
Preparar informes técnicos que puedan complementar la prueba judicial.
Este tipo de análisis resulta fundamental en casos como violencia de género, delitos sexuales, maltrato infantil o violencia institucional.
2. Acompañamiento procesal y orientación
Muchas víctimas sienten que “pierden el control” del proceso una vez que denuncian. No entienden los pasos que vendrán, ni cómo deben actuar. El criminólogo, desde su conocimiento del sistema penal, ofrece:
Explicación clara y accesible del proceso penal.
Asistencia previa a declaraciones o juicios.
Preparación emocional y cognitiva para momentos críticos del proceso.
Información sobre tiempos, posibles resoluciones y alternativas.
Este acompañamiento ayuda a reducir la ansiedad y mejorar la participación activa de la víctima en el procedimiento.
3. Asesoramiento a las familias
En muchos casos, los familiares de las víctimas se convierten en una red de apoyo emocional, pero también pueden estar desinformados, desbordados o expuestos a riesgos secundarios (como amenazas, estigmatización o revictimización).
El criminólogo puede intervenir para:
Explicar el rol de cada parte en el proceso.
Detectar necesidades específicas de protección o derivación.
Prevenir dinámicas disfuncionales que obstaculicen la recuperación.
Ofrecer pautas para el manejo emocional del entorno familiar.
Una víctima bien acompañada tiene más posibilidades de recuperar el equilibrio y colaborar con claridad en el proceso judicial.
4. Evaluación para medidas de protección o asistencia
El criminólogo también colabora en la fundamentación de medidas de protección o intervención, como:
Órdenes de alejamiento.
Recursos asistenciales, casas de acogida o atención psicológica.
Medidas cautelares para menores en situación de riesgo.
Programas de reparación o justicia restaurativa.
Gracias a su formación específica, puede detectar factores de riesgo o de vulnerabilidad que otras disciplinas podrían pasar por alto.
Criminología aplicada al servicio de la víctima
Uno de los errores más comunes del sistema judicial es centrarse únicamente en la dimensión jurídica del delito. Sin embargo, la justicia no es solo una sentencia: es también un proceso que puede reparar, validar y reconstruir la vida de quien ha sido dañado.
En CriminaLaw lo tenemos claro: no se trata solo de ganar un caso, sino de acompañar humanamente el camino.
Nuestra labor como criminólogos es:
Escuchar sin juzgar.
Analizar con objetividad.
Defender técnicamente los derechos de la víctima.
Acompañar con sensibilidad y rigor profesional.
Este enfoque es especialmente útil en víctimas de delitos sexuales, violencia doméstica, bullying escolar, abuso de poder, agresiones físicas o procesos judiciales donde hay una carga emocional y social significativa.
Casos en los que el criminólogo marca la diferencia
En nuestra experiencia profesional, la intervención criminológica ha sido clave para:
✅ Desmontar argumentos acusatorios que culpabilizaban a la víctima.
✅ Fundamentar informes que respaldan su credibilidad sin recurrir solo al testimonio.
✅ Aportar un relato técnico y no emocional al juzgado.
✅ Detectar la necesidad de medidas urgentes de protección.
✅ Validar el sufrimiento real de la víctima, más allá de los criterios clínicos.
El informe criminológico, cuando se utiliza de forma adecuada, otorga voz técnica a quien solo tenía voz emocional.
¿Debería estar más presente esta figura en los tribunales?
Definitivamente sí. El criminólogo no sustituye al abogado ni al psicólogo, pero aporta un puente entre el sistema y la experiencia de la víctima. Su trabajo permite entender mejor el delito, evaluar el impacto real y proponer intervenciones con base empírica.
La inclusión del perito criminológico en el proceso penal no solo mejora los resultados judiciales, sino que humaniza la justicia y fortalece la legitimidad del sistema.
Conclusión: hacia una justicia que también acompaña
La justicia penal no puede permitirse el lujo de ignorar el daño colateral, el trauma post-delictivo ni las necesidades reales de quienes han sido víctimas. Tampoco puede limitarse a sancionar al culpable sin considerar el camino que debe recorrer la persona que ha sufrido.
En CriminaLaw defendemos una criminología al servicio de la víctima: técnica, empática y estratégica.
Porque acompañar también es hacer justicia.